Las palabras que lloran cuando no son escuchadas.

Si medimos bien la distancia entre lo que anhelamos y lo que realmente tenemos, acaso una micra lo separa.
Lo que tenemos hoy lo anhelemos ayer y lo que anhelamos hoy, lo perdimos la víspera de hoy.

Cuando escribimos palabras como notas, hacemos poesía, y cuando somos capaces de hacer poesía, tenemos el mundo a nuestros pies, el universo recobra otra dimensión, entramos en el infinito, en el reverso de lo imposible, en el lugar....donde todo es posible y quedan mil mundos por construir.
A continuación, trataré de construir un mundo para los sentidos, donde el hombre, tal y como hoy se muestra, llorará, reirá y soñará como solo en un mundo libre de pesos puede hacer.
Utilizaré las herramientas más básicas y las únicas a mi disposición, el oído y la vista. El olfato, el tacto y el sabor por la imperante necesidad de sentir, lo pondrá el incauto que tome la acertada senda de anhelar.


viernes, 14 de octubre de 2011

Sentidos

Bajo la alameda, las penduleantes hojas cuentan historias, me observan bajo ellas y se ocultan de mi mirada con un zigzagueo veloz que no me permite identificarlas. Con entrecortadas risas zumban al paso del aire burlándose del caminante, vislumbrando el otoño de su vida que tantas veces ellas han vivido.

Bajo la serena luz de la luna, las estrellas aparecen y desaparecen mil veces por minuto, como guiñándome un ojo, indiscretas, se ocultan unas tras otras haciéndome comprender que la vida dura un minuto, que las cosas maravillosas hay que saborearlas como si siempre fuese la ultima vez.

Sobre la hierba, las pequeñas briznas me acarician la cara y me colman de los aromas de la tierra, de la esencia de la vida, siempre me reconocen y me dan la bienvenida esperándome con una sonrisa, como si fuese la primera vez, sabiendo que siempre he pertenecido a ella, a mi querida tierra.

Erguido con los brazos abiertos sobre una prominente roca, frente al inmenso gran azul, frente al infinito mar, respiro profundamente, cierro los ojos y sueño con antiguas batallas vividas en sus entrañas, la brisa quema la piel de mi cara, su cálida sal enturbia mi vista y vuelvo a cerrar los ojos, es entonces cuando recuerdo la perturbante levedad que me sostiene, que me otorga el privilegio de sentir.

Sentado en mi vieja silla me recuesto, vienen a mi memoria las dulces nanas de mi madre, la calidez de sus besos, y su sin vivir durante mis largas ausencias, en sus momentos de soledad frente a una hoguera triste, tan triste como el olvido de mi padre, como su lejanía, como su injustificada huida.

Abrazado a mi almohada, recojo mi cuerpo como cuando era un niño, mi perro se acurruca a mi lado y su calor me transmite paz, no me pide nada, me ofrece sus ojos, su mirada, sin darse cuenta me recuerda que no estoy solo y que, mientras sus débiles patas no le traicionen, nunca lo estaré.-


Pedro Antº.-

martes, 27 de septiembre de 2011

Los compadres

Sobre la arena una marca
y sobre el pecho una faca,
entre don pedros de sangre,
y en su memoria la flaca,

No me castigues sin muerte,
que si es para ti la barca,
zanja compadre mi muerte,
antes de que llegue el alba.

La vida está en la otra orilla,
y los guardias llegan prestos,
que un robo cuesta una vida,
y con la mía estoy dispuesto.

Acuérdate de la flaca,
dile que morí contento,
recordando su mirada,
y acariciando su pelo,
escuchando sus palabras,
y reviviendo sus besos.

Corre compadre, del resto,
ya se ocupa mi pellejo,
les diré que yo iba solo,
que robaba por lo puesto,
y que antes de vivir preso,
ceñí con fuerza mi faca,
y dejé a la suerte el resto.

Allí quedó Juan de roque,
compadre de Andrés Benito,
que por un robo maldito,
murió presa de su estoque.

Al perder la vida un grito,
sin nada de sufrimiento,
ni de perdón, ni de aliento,
dado al sacar la faca,
una palabra, ¡lo siento!,
en recuerdo de la flaca,
un ¡te espero! sin lamentos.-

Pedro Antº López.-

sábado, 24 de septiembre de 2011

Arrepentido

Y con mi espíritu de luchador roto
volveré de nuevo a tu casa,
para encontrar lo que en vano,
he buscado en la distancia.

Y con el tiempo, si me olvidas,
no velaré mis heridas,
que si estar a tu lado no puedo,
prefiero yacer solo.... loco,
y no vivir otras vidas.-

Pedro Antº, López.-

jueves, 22 de septiembre de 2011

Mentiras

Cuando la tristeza de no estar a tu lado,
busca las mentiras que nos condenaron,
sueña que se duerme presa de tu engaño,
siente que ha caído tras haber volado.

Cuando la tristeza prendada de ti,
luce sin aliento besos de tus labios,
muero loco y solo...muero tan despacio,
que ya no me doy cuenta....
pero tu.....,tu ya te has marchado.-

Pedro Antº. López.-

Sin ti no soy nada

¿sabes si hay dolor en las palabras?,
¿conoces el color de su mirada?,
solo como el sol de madrugada,
preguntas con respuestas olvidadas.

El dolor del que te hablo atravesaba,
dejando translucir en su mirada,
las lagrimas que no fueron lloradas,
los gritos disfrazados con palabras.

Sin prisa y olvidando recordaba,
que el aire que te trajo se marchaba,
que lleno de mentiras te miraba,
que solo, mas sin ti, ya no soy nada.

Descubro que tu piel enamorada,
pegada sin dolor sobre mi almohada,
impactos de alfileres que se clavan,
caricias que jamás me fueron dadas.

Sin darme cuenta y lúcido pensaba,
que siempre junto a mi entrelazaras,
los besos que tus labios empapaban,
la dicha que jamás me desdichara.

Ya ves querido amor que las palabras,
lloran cuando no son escuchadas,
ya ves querido amor que tu mirada,
rehuye de mis ojos al llamarla.

Preguntas con respuestas encontradas,
respuestas a preguntas nunca dadas,
sin prisa y olvidando recordaba,
que el aire que te trajo se marchaba,
que lleno de mentiras te miraba,
que solo, más sin ti.....ya no soy nada.-

Pedro Antº López.-

Ojos Muertos

Lo más simple del que vive,
es crecer soñando sueños,
la vehemencia del que muere,
es que ya no tiene sueños.

Hoy describo mi pasado,
mi osamenta sobre el suelo,
relatando en este verso,
los pecados de los muertos.

Hoy comprendo que al ahorcado,
le faltó un ultimo beso,
pero no dado con labios,
ni con palabras de aliento....

....con los sueños que un día tuvo,
o con lagrimas, por cierto,
que no llorarán sus ojos,
por que ya los tiene secos.

Pero si saldrán de aquellos,
de la gente que tras muerto,
lo ha mirado con recelo,
aunque no por desaliento.

Por el temor de ser ellos,
los que mañana sin sueños,
mueran dentro de su cuerpo.

Por el temor de ser ellos,
que al poner la soga al cuello,
no hubiera nadie mirando,
recordandoles sus sueños,
y con los ojos ya secos,
les hubiera dado un beso,
una palabra, un te quiero.-

Pedro Antº. López.-